CHANGES, CAMBIOS, A OTRA COSA...

1 Marzo 2016 Por Antonio Horcajo

Cambio es el concepto que denota la transición que ocurre de un estado a otro, según la RAE simplemente es la acción y el efecto de cambiar. Algo que tenemos claro es que todos cambiamos, aunque no lo busquemos. La ciencia dice que las células de nuestro cuerpo se renuevan en un máximo de diez años. Hoy eres una persona totalmente diferente a la que fuiste hace diez años y a la que serás en otros cinco. La sociedad cambia y con ella todo lo que la rodea.  Heráclito decía que alguien no se puede bañar dos veces en el mismo río, pues el río no llevará la misma agua, ni quien se baña será la misma persona.

El mundo ha cambiado y las personas que vivimos en él, indiscutiblemente, también. O quizá sean ellas las que lo han cambiado… La economía, la política y sobre todo la tecnología son aspectos fundamentales para entender ese cambio social. En la política no vamos a entrar, ya que tal y como está el patio mejor ir directamente a lo interesante. Respecto a la economía, en resumen podríamos decir que nos ha espabilado y he ahí donde entra el tercer aspecto del cambio, la tecnología.

La tecnología, influenciada directamente por Internet y la economía, ha sido sin duda la que ha dado pasos de gigante en los últimos cinco años. Gracias al conocimiento de ésta y sobre todo a su “cómo la uso”, nuestra sociedad vive hoy como hace diez años no habríamos imaginado. Sólo pensemos un segundo en marcas como Uber, Facebook o Airbnb. Claro está, tenemos muchos más ejemplos como Instagram, Amazon, Whatsapp… Hace diez años no se nos hubiera ocurrido que a día de hoy podríamos estar hablando con el otro lado del mundo durante una hora sin pagar un sólo céntimo, recibir mensajes de texto instantáneos con o sin imagen, comprar cualquier cosa desde nuestro teléfono, o dormir en casa de un extraño en nuestras vacaciones.

He aquí el quid de la cuestión, el cómo, el para qué y sobre todo el porqué. Preguntas que las marcas no se están haciendo a la hora de comunicar. El gran problema que estamos sufriendo los usuarios en nuestra relación con las marcas. Todo ello repercute en nuestro sector, directamente responsable de la relación entre las marcas y los “consumidores”. Sí, entiendo que algunos pensarán “Pero si son ellos los que deciden, los que pagan” pero nosotros somos los que debemos ser capaces de ofrecer y defender. Agencias, marcas y medios estamos saturando cada vez más a los usuarios con un bombardeo continuo de campañas. Todo por conseguir likes, shares, retwitts y, como no, transacciones en nuestra tienda.

La existencia de Adblockers debería darnos a entender la necesidad de empezar a de verdad a cambiar de mentalidad. Las marcas deben ser conscientes de que, cuando existe una transformación tecnológica, adaptarse a las modificaciones que se dan en los comportamientos es fundamental. Que hacerse de fan de algo no consiste en darle a un botoncito.

Hace unos meses leí en algún sitio “aquel que no es capaz de cambiar su punto de vista no es capaz de cambiar nada”. Ese es el reto, el nuestro como agencia y el de todos los que nos dedicamos a comunicar a personas, ya sea mediante anuncios, apps, webs, ecommerce, banners o creando experiencias y contenido interesante. Es importante ser capaces de identificar a las personas más allá de los patrones de consumo, tener en cuenta si vamos a formar parte de su vida o a inmiscuirnos en ella. Tratar a las personas como “consumidores” nos está llevando por el Error 404. Sin ir más lejos, dejo un dato interesante a la vez que escalofriante de un estudio realizado por la multinacional Havas Media en el que dice que si mañana desaparecieran el 92% de las marcas en Europa y EEUU, a la gente no le importaría.

He aquí el cambio de mentalidad por nuestra parte: dejar atrás el formato de agencia y buscar un camino enfocado a entender a quién hablamos, para qué le hablamos y cómo debemos hablarle. Teniendo muy claro qué le gusta y cuándo le gusta. Porque nosotros también estamos saturados y creemos en una forma diferente de hacer las cosas. Por ello nosotros nos renovamos siendo fieles a nuestro sueño inicial. El sueño de una agencia creativa diferente, viva, cambiante y adaptativa. Una agencia con el tamaño justo para dar un servicio de calidad a sus clientes sin altos costes que cuente con un equipo de colaboradores apasionados de primer nivel. Una agencia que cumpla, que se arriesgue y que sea capaz de reinventarse con el paso del tiempo.

En definitiva, una agencia con las ideas claras. Ese sueño empezó a coger forma hace más de cuatro años. Cuatro años en los hemos luchando por él; adaptándonos, evolucionando, cambiando, saltando al vacío en busca de retos y nuevas formas de entender y aplicar todo lo que hacemos, lo que sabemos y lo que queremos llegar a hacer.

Ahora podemos decir que estamos en ese punto de inflexión en el que nos damos cuenta de verdad de la importancia del cambio, de la importancia que tiene la capacidad de adaptación al medio. Lo nuestro nos ha costado, ya que hemos tenido que renunciar a mucho y aceptar otro tanto. Así empezamos el año, cambiando y mejorando. Teniendo muy claro hacia dónde vamos y qué queremos ser. Una agencia viva con capacidad de entender, adaptarse, que no se distraiga persiguiendo premios, sino que se centre en conseguir que las premiadas sean sus marcas.

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